Arturo Vega Zaldívar
La investigación histórica del jardín Generalife y la fortaleza Alhambra, ubicados en Granada, España, que datan del siglo XII y VIII, respectivamente, pasaron de ser privados a públicos después de varios siglos y fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984 fue el tema que abordó el paisajista especializado en jardines históricos José Tito Rojo en la conferencia magistral titulada Percepción y gestión de un paisaje histórico: Generalife impartida en la sala Martín L. Gutiérrez de la unidad Azcapotzalco.
El evento, que se inscribe en el marco del XIII Congreso Nacional Arquitectura de Paisaje, fue coordinado por la Mtra. Karla Hinojosa, integrante del Área de Arquitectura del Paisaje del Departamento del Medio Ambiente de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la unidad Azcapotzalco.
En su disertación, el también conservador del jardín botánico de la Universidad de Granada y miembro del Comité Científico Internacional de Paisajes Culturales del ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) aclaró que “el recorrido histórico no va a ser lineal, sino emocional para comprender la forma en que los jardines se perciben. Iremos del pasado al presente y volveremos al pasado, iremos de un jardín a otro, de vegetales y huertos a cuadros y pinturas y de facturas de compra –de insumos para jardines- a relatos de viajeros”.
Después explicó que el reino Nazarí de Granada gobernó del año 1238 a 1492, durante 253 años fue el último reducto musulmán en Granada y durante la conquista del reino Nazarí por parte de los reyes católicos en 1492, el Generalife – o jardín del arquitecto, como también se le ha denominado- se mantuvo independiente de la jurisdicción de la Alhambra, fortaleza de castillos, bardas y área ajardinada que se construyó en el siglo VIII para los reyes. Antes de la conquista cristiana, en el recinto Alhambra sólo había un jardín, los demás eran jardines de Generalife. La Alhambra fue propiedad de la corona de 1492 hasta 1868, año en que fue declarada propiedad del Estado
Generalife estuvo a cargo de alcaldes de 1492 a 1537 y luego tuvo otra alcaldía que desde mediados del siglo XVI quedó al cuidado de una familia de nobles emparentada con los antiguos reyes moros de Granada; fue hasta 1921 que el territorio que abarca pasó a ser patrimonio del Estado español y desde 1925 su administración empezó a depender de los encargados de la Alhambra cuando las unificaron en un patronato de gestión que existe hasta la actualidad y funciona como organismo dependiente de la Junta de Gobierno de Andalucía.
En 1868, cuando la Alhambra deja de pertenecer al rey, pasa a ser propiedad estatal y es declarada Monumento Nacional, se planteó la necesidad de adecuarla al nuevo estatus y abrirlo para visita pública; se adecuaron los espacios exteriores creando una red de jardines alrededor de los palacios y mejorando el estado de los jardines que ya existían, es decir, se dio un largo proceso de ajardinamiento que inició en 1868 y terminó en 1936.
En ese periodo, la Alhambra tuvo varios administradores y uno de ellos fue el arquitecto Leopoldo Torres Balbás, quien de 1923 a 1936 realizó restauraciones científicas y no adornistas como lo hicieron sus antecesores en gran parte del siglo XIX y principios del XX; “fue un arquitecto fundamental en la historia de la Alhambra”, aseguró Tito Rojo, también miembro de la Real Academia de las Bellas Artes de Granada.
Los aportes y resultados de los diferentes administradores posibilitaron que en el libro Historia de jardines, Guido Giubbini escribiera un capítulo titulado “Alhambra, la madre de todos los jardines”. En el texto, el autor reseña la historia de los jardines que existían en el planeta antes del siglo XX.
En la investigación histórica que realizó José Tito Rojo, también identificó que los jardines de Generalife y de la Alhambra han sido referencia fundamental en arquitectura, paisajismo, literatura, manuscritos, pinturas y películas; “en 1884, un arquitecto ingles visita, estudia y dibuja la Alhambra y hace una construcción del patio de la Alhambra en un sitio de Londres, Inglaterra”.
Por lo importancia histórica, cultural y paisajística que tienen esos sitios emblemáticos, se refirió a algunos cambios en la Alhambra que datan de los años 1854, 1857 Y 1859; además entre 1860 y 1868 se empieza a ajardinar la Alhambra; se hizo un registro del tipo de vegetación que existió de 1526 a 1900; también mencionó que los edificios se han modificado poco en el periodo de 1862 a 1934, se conserva la estructura de la terraza y el mirador hacia el jardín y en 1875 se remodelaron los jardines Adarves y Lindaraja y se crearon los jardines Machuca y Artillerías, en este último se cultivaba alfalfa.
El Generalife es la única zona verde de la España musulmana que se conserva en la actualidad; está junto a las murallas de la Alhambra y mantiene gran parte de sus terrenos y estructura integrados por un edificio que proporcionaba servicios al rey, rodeado de jardines y huertos de producción agrícola.
Durante siglos la Alhambra y el Genaralife forman parte del imaginario de las personas y profesionistas que se dedican a los jardines y a la arquitectura del paisaje porque son de los más antiguos del mundo y se han conservado como jardines ornamentales, huertos y paisajes históricos.
En la actualidad, el trabajo histórico, de conservación y preservación que integra la investigación de José Tito Rojo tiene como objetivos la revalorización de los huertos, así como la recuperación de cultivos y técnicas tradicionales. Al terminar la conferencia magistral Percepción y gestión de un paisaje histórico: Generalife, el interés que generó su temática en la comunidad universitaria, particularmente en alumnos y profesores de la licenciatura en Arquitectura y del posgrado en Diseño, Planeación y Conservación de Paisajes y Jardines conllevó a preguntas y, por ende, a respuestas que acrecentarán sus conocimientos y redituarán en sus prácticas, actividades y formación docente.